No sabemos demasiado de cuándo comenzaron a elaborarse las bonitas cajas que representan un tablero de Shut The Box, de cuándo el juego con los dados tomó otra forma. Por los ejemplares más antiguos, podemos suponer que era un juego popular en las costas de Inglaterra en el siglo Xviii. Para jugar, necesitamos, además de los dos dados de seis caras, un tablero caja, que se compone sencillamente de un espacio donde puedan lanzarse los dos dados, y de una hilera de nueve varillas seguidas, atravesadas en un extremo por una barrita metálica o fijadas con pequeñas bisagras. Las varillas tienen las cifras del 1 al 9 por un lado. En otros modelos, las varillas son como puertas o ventanas lisas que se deslizan y ocultan o permiten ver la cifra que hay debajo o detrás. Si no encontramos ninguna caja de Shut The Box o no queremos fabricarla en casa, siempre podemos jugar con nueve cartas del 1 al 9 de cualquier baraja.
¿Cómo jugar a Shut the box?
Pueden participar entre 2 y 6 tahúres. Al comienzo de la partida, las nueve pictogramas de las tablas están a la ojeada (o las nueve legislaciones hocica por encima) y el objetivo es sellar las nueve boqueras de la ataúd. Por turno, cada atleta banda ambos cubos. Ahora podrá lacrar las puertas (o curvar las cartas) que muestren las cantidades iguales a su tirada, si es que también están despejadas.
Puede hacerlo con la adicción de ambos hexaedros o utilizando entreambos cedidos aparte: si ha extraido un 6 y un 3, puede incomunicar el 6 y el 3 o bloquear el 9. Si el total de aciertos de las aberturas igualmente por enterrar es 6 o aparte, se protección un solo dado. Cuando no puede encapotarse ninguna persiana, el tahúr acaba su trastada y anota goles extremos como suman las cantidades que incluso están avanzadillas. Si consigue cortar todas las aberturas, anota O límites y pasa el lance al componente subsiguiente.
Se juega a un determinado municipal de límites acordado a priori. A medida que los atletas llegan a esta cifra, van quedando eliminados. Gana el último atleta en conservarse.
Fuente: El mundo en juegos de Oriol Comas i Coma