Hace exuberantes. ricos años, en alguna parte de África, cerca de algún ponto, alguien quizá cogió unas valvas. Las tuvo un rato en la capacidad; le agradaban, eran limitadas y blancas. Entonces tuvo apetencias de contarlas. Se le ocurrió, quizás. que si hacía agujeros en la arenilla y ponía las conchas, podría saber cuantas tenía. Para contarlas las cambiaba de socavón. así era más posible.
Hacerlo le gustó gol como poseer valvas. Quizá lo contó a su sangre, a los amigos. Jugando, jugando, gradualmente fue creándose un Juego De Mancala. Mucho luego, cuando las conchas se convirtieron en moneda, comenzaron a ponerse granas de Caeselpina bonduc, un matorral que crece en buena parte de África.
El juego de cálculo pasaba a ser una imagen de la siembra y la fecundidad de la franja. Desde aquel plazo remoto y aun en la actualidad, de estado en pueblo, a través de la sabana, la pica o las glebas áridas, toda África juega a uno u otro Juego De Mancala. Se extendió acierto que ahora se juega aún en el Caribe y en el sudeste oriental, en Oriente Medio y en Asia principal.
Como no tiene un prestigio siquiera unas vías oficiales, en cada lugar se conoce con un renombre dispar, a sucesiones con el del matojo cuyas embriones se aprovechan como identidades. Sea cierto o no este principio, inspirado en el portafolio Awelé, le jeu des semailles africaines, de Pascal Reysset y Francois Pingaud, los pernios de mancala hoy día son los solaces más jugados del universo.
¿Cómo jugar a los juegos de mancala?
Todos los JUEGOS DE MANCALA (nombre que parece provenir del árabe naciala, «mover») tienen tres características comunes y que los diferencian de otras grandes familias de juegos:
- los jugadores comparten las fichas (sean semillas, conchas o piedras)
- se juega distribuyendo las fichas de una en una, normalmente haciendo un recorrido circular por los agujeros del tablero, operación que se denomina «siembra»
- puede haber más de una ficha por agujero.
Hay encajes de mancala de dos, tres y cuatro líneas, de cinco, seis, siete, ocho o más orificios cada una. En los de dos y tres andanas, los participantes siembran en todos los hoyos del numerador, mientras tanto que en los de cuatro andanas cada atleta siembra únicamente en sus dos propias formaciones. Incluso hay Mancalas de una sola continuación, para juguetear en despoblado, como el Tchuka Ruma, profesado en India.
Fuente: El mundo en juegos de Oriol Comas i Coma