Cluedo El juego de mesa

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El Cluedo es un juego de mesa que comienza por el final: el enigmático doctor Black ha sido asesinado en algún lugar de su gran mansión, Villa Tudor. Tendrás que descifrar quien ha sido el asesino, ¿o has sido tu?..

Bournemouth sur de Gran Bretaña, 1944. En los últimos años de la Gran Guerra, durante los peores fuegos graneados sobre Londres, el procurador en los tribunales Anthony E. Pratt lleva una biografía tan tranquila como puede en esta limitada capital costera. Un trayecto se le ocurre una buena idealización para valer el rato agradablemente: creará un encaje descansado en una leyenda de policías, su gran distracción. Éste es el arranque de uno de los naipes para todos los públicos más célebres del siglo xx. Dos años seguidamentedisuadido de la ralea de su fantasía, la llevará a Waddingtons, entonces la más grande impresora de esparcimientos del paraje. Sus técnicos olieron al instante que se encontraban ante un jugueteo importante. Dicho y hecho, tres años más tarde aparecía un nuevo docente, con el acertadísimo prestigio de Cluedo, unión de clue (síntoma, en britano) y el final de ludo (el prestigio del ParchÍs en inglés).

¿Como jugar a Cluedo?

Los tahúres interpretan el papel de las seis habitantes que se encuentran en la vivienda en el tiempo de la muerte: el enredador coronel Mustard, la bellísima demandante miss Scarlett, el aparentemente blanduzco reverendo Green, la cocinera no siempre suficientemente considerada de Villa Tudor mistress White, el inquieto arqueólogo profesor Plum y la frívola mistress Peacock. Seguro que todos tienen algún lugar para haber encargo el crimen.

Seguro que a todos les interesa aclarar al asesino. Así es que se ponen a adivinar los señales que hay por todas partes. Ganará el anterior que descubra quién es el asesino, con qué arsenal ha representado y dónde ha palmado el facultativo Black.

El mecanismo se compone de un buque, veintiuna barajadoras, diversas identidades y dos poliedros. El contador representa la gallardía baja de la mansión, las rasillas de la cual son las hendiduras por adonde se mueven las identificaciones de los seis policías y, unánimente, sospechosos.

Destacan las nueve partes adonde puede haberse perpetrado el crimen: el des-pacho, la estante, el atrio, el oteador, el bufé, la gastronomía, la galería de baile, el billar y el museo. Las constituciones representan a los seis jefes, los nueve almacenes posibles de la horrible acometida y las seis arsenales que pueden haber sido empleadas: un cirial, un revólver, una grifo inglesa, una pasta de trozo, una cuerda y una navaja. La automotriz de Cluedo es sencilla. Se coge una carta de cada uno de los tres sujetos, sin que ninguno las vea, y se ponen en un sobre.

El excedente de cartas se mezclan uniones y se reparten a los participantes. Por turno, cada tahúr lengüeta los legados y se desplaza por Villa Tudor. Cuando llega a uno de los nueve aforos adonde puede haberse trabajo el homicidio, si quiere puede exteriorizar en aullida entrada sus prevenciones, que siempre deben contener un jerifalte, un arsenal y el lugar al que acaba de ascender.

Una oportunidad hecho esto, el tahúr de su costada mira si tiene alguna legislación igual a la desconfianza y la bandera al tahúr que formula la disertaciones sobre el homicidio.

Si el participante de la costada no tiene ninguna de las tres, lo hace el tahúr subsiguiente. Cuando un tahúr cree saberlo todo, lo apunta y lo comprueba con las esquelas ocultas. Si acierta asesino, arsenal y espacio ha conquistado la partida; si no, pasa a ser un tahúr pasivo sin esperanza de conquista. Cluedo, queda claro, es un conjunto de rebaja, de los mejores que hay.

Pueden arriesgar grandes y pequeños. Aunque con posiblemente un súmmum de siniestro (la tirada del dado y la disposición del contador condicionan excesivamente las talentos de movimiento), las partidas son diligentes y bastante múltiples unas de otras.

Fuente: El mundo en juegos de Oriol Comas i Coma