Propone meterse en la piel de unos personajes prehistóricos que desean volver a su cueva. El problema es que el camino, compuesto por losetas hexagonales dispuestas en orden aleatorio, está plagado de dinosaurios. En concreto, hay doce especies distintas. Todas ellas, además, aparecen representadas en otras tantas losetas cuadradas, que se deben colocar bocabajo junto al camino que deben recorrer los cavernícolas.
A partir de ahí, por turnos, cada jugador ha de tirar el dado y avanzar su personaje el número de losetas que indique. Cuando finalice su movimiento, se ha de fijar en el dinosaurio en el que ha caído, el cual deberá encontrar entre las losetas cuadradas. Así pues, le da la vuelta a una. Si el dibujo del dinosaurio coincide, sigue jugando y vuelve a tirar; pero en caso de que no suceda eso, se ha de parar y pasar su turno al siguiente jugador. De esta forma, se va avanzando por el camino hasta llegar, con una tirada exacta, a la cueva. El primero que lo haga será el ganador.
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