Ricochet Robots BGG

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Ricochet Robots BBG está a medio camino entre un juego de deducción y una competición contra reloj, es una buena opción para grupos de personas a las que les agraden los problemas de lógica y los desafíos intelectuales.

Alex Randolph (1922-2004) tiene una de las ludografías más extensas del siglo xx. Ha esquematizado esparcimientos de todo pájaro, por ejemplo, entre muchísimos otros: conceptuales puros de organización profunda (como el Twixt, un culto de los naipes de ilación) o más ligeros (como Buffalo O Venice Connection), de mejora (los mejores ejemplos son Top Secret e Inkognito, éste originado en protección con su educando y socio en borrascas estantes Leo Colovini), de farol (Chosts, Stupide Vautour, Xe Queo), de compraventas (sic Shot), para niños (In Teufels Ruche, RÜsselbande).

¿Cómo jugar a Ricochet Robots?

Una de sus últimas génesis es el inclasificable Ricochet Robots, el jugueteo de las licenciaturas de androides. El conjunto se compone de un madero de 16 x 16 ranuras, formado por cuatro partes impresas por entreambas superficies que pueden combinarse de todas las rutinas posibles, inclusive demorar a 96 configuraciones múltiples. Algunas de las casetas tienen una tapia que impide atravesarlas.

En el surtido participan cuatro androides de cuatro colores múltiples, que se colocan en cuatro hendiduras al hado, bastante separadas entre sí. Se mueven como la torre del Ajedrez, en línea recta tantas cajas como quieran.

Pero los androides no son torres, están pro-gramados para cimbrearse de una forma sencilla, sin tener que opinar siquiera conquistar posibilidades: siempre se mueven incluso un obstáculo (otro androide, una defensa, el ángulo del numerador) y allá se paran. Después pueden conciliar en otra administración. Cada sucesión que un androide se mueve incluso un obstáculo suma como un aspaviento. Tienen ciertas responsabilidades que actuar, siempre del mismo elementoobtener a una determinada abertura del numerador.

Estas tareas se represen-tan con unas identificaciones preferidas al destino. Las obligaciones se ejecutan una a una. Para hacerlo, el androide al que se ha esperado el trabajo puede ayudarse con los otros androides y con las defensas del ábaco. Así, puede correr el androide azurluego el rubio, otra ocasión el ambarino, otra, hoy el verde, el androide azur otra vez…

Aquí comienza el conjunto: todos los tahúres, sin acariciar tampoco el ábaco siquiera los androides, deben acomodar una letra mental de la colocación y meditar el mejor recorrido para que el androide llegue a su hado tan al instante de todos modos probable. Algunas oportunidades hay bastante con tres o cuatro impulsos, y otras se necesitan entre quince y veinte; siempre hay una posibilidad. Cuando un participante ha asimilado suficientemente la surtida de alborotos, anuncia su urbano.

Entonces, se expedición un temporalizador de plaza de un minuto para que los otros tahúres tengan la circunstancia de sanar el repertorio prometido. Pasado el periodo, el tahúr que finalmente ha sostenido el trayecto más irresoluto intenta clarificar a sus acompañantes cómo puede el androide arribar a la ranura en el gendarme de jaleos difundido.

Si lo consigue, el componente voracidad un sazón. Si no, no pasa nada. Se elige una notificación apostolada (una notificación chabola de hado) y a meditar de nuevo. El logro de este grupo fascinante es que con nada crea un ambiente de agitación, de sana agitación, entre los componentes, sean el multiplicador que sean (asimismo se puede arriesgar en solitario).

Fuente: El mundo en juegos de Oriol Comas i Coma